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miércoles, 12 de diciembre de 2007

¿Son más rígidas las empresas actualmente que hace 10 años?

La palabra jerarquía suena un poco a “militares” pero en las multinacionales hay también niveles jerárquicos tan rígidos como en los cuarteles (no sé si vale la comparación). En todo caso las estructuras directivas mantienen la batuta en alto para todo lo concerniente al control de la empresa y así seguirá siendo, al menos por ahora.

Existen otras circunstancias más frecuentes en empresas realmente grandes en donde encontramos figuras jerárquicas que yo califico como “singulares” debido a que se sabe que son jefes o que tienen un nivel asignado, pero que no tienen subordinados directos. También se da el caso de los empleados que tienen hasta tres jefes diferentes y un cuarto que lo es dependiendo de la situación (jefes locales, operativos y funcionales). Es por esta razón que determinar un puesto de trabajo es muy difícil actualmente y buscar a la persona idónea lo es aún más.

La jerarquía en la empresa se traduce en status y poder, tan simple como eso. Es por esto que a veces el liderazgo queda de lado o escondido bajo una capa de jefatura mal jerarquizada. Por lo que la simple centralización trae como consecuencia el querer controlarlo todo con un mayor nivel de arbitrariedad en la toma de decisiones.

Otro aspecto bastante común en estructuras verticales es que mientras más pequeña es la empresa (hablo de pymes), entonces la jerarquía tiende a ser más rígida, tal vez por la implicación familiar tradicional de dichas empresas. Por el contrario, en las grandes multinacionales priva la modernización de las estructuras y la tendencia es organizarse por procesos.

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Según Jordi Vilà, socio de la consultora Human Management System en Barcelona…”Este tipo de estructuras de mando muy jerárquicas suelen generar rotaciones elevadísimas de personal: los profesionales más brillantes son como caballos de carrera y no se sienten a gusto si se les tira demasiado de la rienda…”

Particularmente trabajé en una empresa (multinacional también) que durante una época, en donde no hubo Sub-director, cada área era controlada como un pequeño reino (yo tenía el mío) en donde la actuación de los llamados líderes (por no decir otra cosa) era evaluada sin criterio de eficiencia económica, por lo que cada “coto de caza” era manejado con la autonomía propia de un califa y con la discreción de poder contratar o promocionar bajo la única lupa de las amistades sociales, así que había que ser amigo del jefe para poder tener éxito.

Lamentablemente las jerarquías seguirán siendo un mal necesario, ya que las multinacionales no pueden vivir ni funcionar sin ellas (por ahora). El profesor Harold J. Leavitt dice en su estudio “Por qué las jerarquías perduran”. Lo siguiente:

"Casi nadie tiene algo bueno que decir de las jerarquías. Académicos, consultores y gurúes del management pronostican con regularidad su inminente reemplazo, porque las jerarquías ¿incluso cuando se componen de gente atenta e inteligente¿ pueden ser crueles y estúpidas. Éstas suelen transformar a empleados leales y motivados en apáticos Dilberts.

No es raro entonces que sigamos buscando alternativas más humanas y productivas. Sin embargo, la intensidad con que luchamos contra las jerarquías sólo sirve para demostrar su perdurabilidad. Aparentemente, la jerarquía no sólo es intrínseca al mundo natural, sino también a nuestra propia naturaleza. En este artículo, el experto en comportamiento organizacional Harold J. Leavitt no defi ende ni ataca a las jerarquías. Más bien ofrece un aterrizaje en la realidad, un recordatorio de que la jerarquía sigue siendo la estructura básica de la mayoría, si no de todas las grandes organizaciones humanas actuales.

A pesar de que muchas veces se las considera anticuadas, las jerarquías han demostrado ser extraordinariamente adaptables. En los últimos 50 años, por ejemplo, han incorporado los tres grandes movimientos que han revolucionado la gestión: las relaciones humanas, la gestión analítica y las comunidades de práctica. Las jerarquías también perduran porque entregan valor práctico y psicológico verdadero y satisfacen nuestras necesidades más profundas de orden y seguridad. A pesar del bien que pueden hacer, las jerarquías son inevitablemente autoritarias. Ese autoritarismo se muestra de muchas maneras e influencia todo en una organización, en especial la comunicación.

En organizaciones de niveles múltiples, por ejemplo, los mensajes se distorsionan en la medida que ascienden o descienden la escala de mando. El interés propio y la autoprotección también entran en juego, e información relevante se pierde a medida que los mensajes hacen paradas a lo largo de la ruta vertical. Líderes sensibles toman medidas para que decir la verdad sea lo menos doloroso posible. Pero nunca lo es, porque el autoritarismo es un elemento inmutable de la jerarquía."

Como reflexión final…pienso que serán las nuevas generaciones de ejecutivos quienes podrán crear las condiciones necesarias para adaptar las jerarquías a nuestra nueva era super-globalizada y así poder mejorar las estructuras en las organizaciones con el único fin de traer balance sobre el control del poder en las empresas.

17 comentarios:

Ekaizen dijo...

Bien ,bien, bien. Un tema interesante el que has tocado. Es cierto que en hoy por hoy, en toda organización, sea del tipo que sea debe haber un líder o jefe; que marque las directrices a seguir y asuma responsabilidades cuando las cosas vayan mal.
Pero el hecho de que tenga que haber un jefe no implica que para pequeño grupo haya otro jefe, lo que redunda en jerarquías muy verticales y en las que es imposible avanzar porque hay choques constantes de poder entre los "reyes de las distintas taifas". Esto ocurre especialmente en las épocas de crísis, contrariamente a lo que debiera suceder, nos dedicamos al enfrentamiento directo impidiendo el avance a mayor ritmo que sería lo exigido por las necesidades del guión.
Para hacer más ágil una organización, en mi opinión, hay que tender a la horizontalidad, atribuyendo responsabilidades a nivel individual a cada trabajador.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con que las PyMEs familiares tienen jerarquías más rígidas que las grandes empresas donde no suelen haber lazos de consanguinidad.

¿Qué puedo decir de las jerarquías? Son inevitables. Para eliminarlas necesitamos que la humanidad sea distinta, que la economía sea distinta. Tal como están las cosas, no se puede prescindir de ellas. Pero no creo que sean todas opresivas o autoritarias, sólo en ellas donde la verticalidad se centra en una sola personas.

Tal vez, un aporte lo pueda hacer el libro Arte y Gestión.

ALyCie dijo...

Las auditorías de cliente, cada vez se dirigen mas a la base que a la dirección. Ejemplo la SA8000®:2001 de SAI (Social Accountability International) es una muestra, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, otro. Son frecuentes en otros países y pronto lo será en los desarrollados.
¡Cuiden al personal de base! ¡Es fundamental!
¡Salud!

Senior Manager dijo...

Hola ekaizen:
He experimentado ambos ambientes (verticales y participativos) y en cuanto a la verticalidad, no hay nada peor que la guerra entre los jefes por el poder, se pierden energías en asuntos negativos y nunca sellega a nada bueno...Prefiero mil veces la participación.

Hola cebolla:
Concuerdo en que las jerarquías son inevitables, pero creo que pueden ser suavizadas y adaptadas a la participación...Lo malo de las pymes es precisamente eso, yo siempre he evitado trabajar en ellas debido a una mala experiencia en mí primer empleo, en donde la familia prevalecía sobre otras cosas que yo consideraba más importantes, desde entonces me convertí en empleado exclusivo de multinacionales.

Hola µßio:
Gracias por tu aporte ya que desconocía la SA8000®:2001 de SAI y tampoco sabía nada del Pacto Mundial de las Naciones Unidas en esa materia...me informaré un poco más sobre ello a través de Internet...A ver cómo me afecta.

Benito Castro dijo...

A mi me gusta un montón, me pone, el tema de las jerarquías. Tu post Senior Manager (SM) es muy completo, y agradezco el trabajo de difusión que realizas, y desde la perspectiva que lo hace además, cercana a la mía, creo.

Creo realmente que la clave, como en muchas cosas de esta vida, es encontrar un equilibrio, una justa tensión entre la jerarquía y la participación en este caso.

La organización es consustancial a la especie humana. El poder y la lucha por él, también, con lo que el conjunto: jerarquía, poder y lucha por él es permanente.

Si establecemos el juego: uno u otro, blanco o negro, jerarquía vs participación, no llegaremos a ningún sitio puesto que es imposible ( hoy en día y en el entorno desarrollado ) plantear una empresa en la que todo sea participación pues, ironizando, llegaríamos hasta preguntar por la marca o la cantidad de papel de water. Y no es cuestión.

Las rigideces, propias de estructuras muy piramidales, ( en el otro extremo ) asumen que el poder sabe y manda y que, el resto, sabe menos y obedece. Ya está. Asumir este esquema es, también, contra natura: no existe la infalibilidad de nadie, y dos, cuatro... n conectados, piensan más que uno.

Nos enfrentamos ahora ante una etapa nueva en la que las nuevas tecnologías nos marcan otra ruta: la horizontalidad. Ello es así porque la propia tecnología intrínsacamente genera horizontalidad ( una red de ordenadores, los correos internos, poder acceder con un correo hasta el mismo director general...).

El reto, anticipaba, es una cuestión de medida: cuanto de jerarquía necesitamos y cuánto de participación, pero de ambas tiene que haber. Es lo más inteligente para ser diligentes en el día a día ( una estructura de funcionamiento ) y más ricos/creativos, en lo que aporta por su parte la participación.

Como el mundo evoluciona de una manera pendular, o sencillamente, evoluciona ( espero). Lo que se abre paso es lo nuevo, lo diferente, lo que nunca hemos tenido antes de forma generalizada, esto es, la participación. Coincide además con la generación de un entorno diferente, intrínsecamente participativo y global como es internet en su etapa 2.0. Por eso toca, a tope, reivindicar la participación. De lo otro ya tenemos un montón ( forma parte de nuestro ADN).

Lo procedente, bajo mi punto de vista, es hacer de alquimistas para mirar las proporciones de jeraqrquía y participación, como digo. En ese sentido, me llama la atención el funcionamiento de las cooperativas, unas organizaciones muy cercanas a nosotros, terriblemente eficaces en algunos casos como Mondragon ( País Vasco ) o Coovap, aquí en Andalucía. De toda la vida, en las cooperativas se ha primado la participación, puesto que los que trabajan son dueños también.

Finalmente hay que reseñar el talante relacionado con el modus operandi. No es lo mismo el talante que se adquiere en las estrcuturas piramidales que el de las estrcuturas más horizontales. Sobre esto, también, hay que analizar algo.

Saludos.

Senior Manager dijo...

Hola Benito:
Gracias por tu aporte, no sólo has enriquecido en contenido del post sino que le has dado nuevas perspectivas...
Al igual que tu, creo que la palabra clave es "equilibrio" pues lo radical siempre ha sido perjudicial para cualquier sistema y si el mundo sigue girando con la fuerza en que lo hace actualmente entonces, más pronto que tarde, las jerarquías comenzarán a quedar obsoletas dando paso a una nueva estructura más acorde con el funcionamiento global y participativo que se nos viene encima. Creo firmemente que la participación debe ser la amalgama que una todas las cosas buenas de la comunicación, que en definitiva nos dará un modelo más horizontal de jerarquizarnos dentro de la empresa.
Gracias por participar
SM

Anónimo dijo...

La horizontalidad es seductora, ¿verdad? A mí también me agrada hablar de ella. Pienso que sólo puede aplicarse allí donde haya perfiles que puedan adaptarse a un esquema horizontal. Todavía hay (muchas) personas que gustan de mandar y otras tantas que gustan de recibir órdenes. Donde primen estas relaciones asimétricas, pues me parece que no es posible un esquema horizontal, como del que habla Benito.

Si las cooperativas funcionan, es porque no hay nadie que tenga complejo de superioridad y que tenga tendencia a colocarse a sí mismo en el rol de emperador para dedicarse a dar órdenes. Alguien que quiera el control absoluto y adore el poder por sobre todas las cosas, pues ese seguirá teniendo sueños imperiales y hará todo lo posible por concretarlos.

Anónimo dijo...

Muchas veces las jeraquías, jefaturas, no son tanto un instrumento de eficacia en la gestión y asunción de responsabilidades, como un instrumento de control sobre los demás y de mantenimiento de status.
Está claro que en la empresa familiar "el jefe es el jefe" y poco importa todo lo demás.

Senior Manager dijo...

Hola cebolla:
Buena tu intervención en este cruce de opiniones. Independientemente de que se trate de una organización horizontal, siempre será necesaria la presencia de líderes que deberán enrumbar las acciones del grupo, de otro modo tendremos el riesgo de caer en la anarquía.

Hola hagetmau:
Estos controles de gestión siguen siendo necesarios sobretodo en los niveles más bajos de las organizaciones y seguirán estando representados en los jefes mientras no encontremos otra fórmula para hacer funcionar las cosas bien. Las empresas familiares han entendido dicha fórmula a la perfección.

Blogocorp dijo...

Me habéis dejado impresionada, tanto por el post, muy bien documentado, como por los comentarios.

El tema es interesante, sí. Y no deja de ser curioso que en este ámbito, aunque nos pese, no ha habido tantos cambios en 10 años como a veces nos quieren hacer creer. Y matizo: existen empresas cuya organización es horizontal (o más horizontal que vertical), pero todavía en la mayoría de compañías impera la organización piramidal.

Se trata de un cambio de mentalidad y de enfoque, creo yo, y eso siempre lleva su tiempo. Por las experiencias que he vivido, creo que cuando la organización es excesivamente vertical y controladora, los procesos se eternizan y los trabajadores acaban por desmotivarse. Sim embargo, también es cierto que la anarquía, en el mundo empresarial, no tiene sentido.

Vamos, que tampoco hay que pecar de ingenuos y esperar que una libertad total de movimientos. Eso sí, lo que nunca debería faltar, y con esto acabo, es la posibilidad de proponer. Las empresas que cortan las alas a los trabajadores casi hasta el punto de casi penalizar la proactividad acaban generando empleados desmotivados, sin ilusión ni ganas de hacer su trabajo, quemados.

Ricardo Tribin dijo...

Bien claro lo que dices.

Siempre he creido que el lider deja de serlo cuando se cree que lo es y empieza predicarlo. El lider es bueno en la medida que more en humildad, esto es en la verdad, ni mas, ni menos.

Interesantes tus apreciaciones, profundas y que me ponen a pensar.

Un abrazo

Fujur dijo...

Para qué negarlo!!??!

Los consejos de esta web son sumamente interesantes!

mil abrazos profesor!

Senior Manager dijo...

Hola blogocorp:
Me gustó tu frase... "creo que cuando la organización es excesivamente vertical y controladora, los procesos se eternizan y los trabajadores acaban por desmotivarse" Es la pura realidad de nuestro mundo empresarial actual, sobretodo en las empresas grandes..."
Por otro lado tienes razón...El cambio debe ser mental más que organizacional...Muy valiosa tú opinión.

Hola Ricardo:
Muy apropiado incluir el término humildad en este tema. Indudablemente los liderazgos más humildes son también los mejor considerados por los empleados en general. La humildad de por si otorga jerarquía al jefe y hace que sus subordinados le sigan por propia convicción. Bienvenido a este blog.

Hola Fujur:
Gracias por tus palabras.
Una pregunta: ¿Por casualidad fuiste alumno mío en la Universidad?

Saludos
SM

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con Ricardo, normalmente la humildad va acompañada de la posibilidad de que otras personas tengan más razón que nosotros y aceptar esas razones... por contra la soberbia o intransigencia es el resultado de una desconfíanza en uno mismo tal, que se trata de evitar cualquier contraste con lo que puedan pensar otros en términos de igualdad y al tiempo, una desconfíanza en los demás,que no creo que deba ser el principio que deba regir las relaciones jefe subordinados y demuestran una incapacidad bestial a la hora de ser capaz de asumir responsabilidades

Senior Manager dijo...

Hola hagetmau:
Como dije anteriormente..."La humildad de por sí otorga jerarquía al jefe y hace que sus subordinados le sigan por propia convicción"...
Gracias por tú visita a este blog y por tus opiniones.

Blogocorp dijo...

Interesante el debate que se está generando a raíz de tu post. Es nuestro granito de arena para ir cambiando, aunque sea poco a poco, las jerarquías laborales que aniquilan la creatividad, la productividad, la motivación, la ilusión... y quién sabe cuantas otras cosas más.

Senior Manager dijo...

Hola blog-o-corp:
Definitivamente las empresas deberán tender a hacerse más planas o saldrán perdiendo en el reparto de la competencia futura...He generado otro post a raíz de este para poder disolver y digerir todas todas las ideas planteadas con mayor facilidad.

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