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viernes, 15 de febrero de 2008

Quién más quiere inmigrantes en su empresa.

Hace poco más de una década la inmigración era un “fenómeno” que sólo "sufrían" nuestros vecinos de Europa y que, cuando nos afectaba de alguna manera, entonces lo tildábamos de anecdótico, ya que por lo general los españoles eran los emigrantes.

Hoy en día ya sabemos que se trata de una realidad y que ha afectado todos los ámbitos de nuestro país incluyendo (por su puesto) al ámbito empresarial, sobretodo en materia de empleo. La presencia de personas extranjeras en muchos sectores laborales ha hecho que cada vez sean más las empresas que cuentan con personal inmigrante en sus plantillas.

Asimismo, el tema inmigración está en la agenda de muchas empresas incluyendo a las grandes multinacionales, que han encontrado en este colectivo mano de obra cualificada y en cierta forma más económica para cubrir distintas posiciones de difícil búsqueda en España .

Las empresas, las asociaciones empresariales, los profesionales y los empleados en general hablan de la inmigración en sus lugares de trabajo, pero hasta ahora lo han hecho como si la diversidad cultural no exigiera una atención especial y como si no tuviéramos que hacer esfuerzos en incorporar la interculturalidad en nuestras empresas.

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La mayoría de los españoles (no todos) cuando piensan en la inmigración se imaginan una patera llena de sub-saharianos llegando a Canarias, pero la realidad actual es otra. Según un artículo de Alfonso Jiménez (Socio director de PeopleMatter). La inmigración cualificada ha superado en creces a la tradicional durante los últimos 2 años, por lo que ahora tenemos en España infinidad de profesionales, tanto universitarios como diplomados trabajando a tiempo completo y desempeñando múltiples funciones. Por otro lado, los españoles matriculados en universidades españolas descienden año a año desde 1999 y en el sistema superior el fracaso escolar es cada día mayor. De hecho, hay algunos sectores empresariales que ya tienen una fuerte tensión entre su demanda y la oferta disponible, la que seguramente será cubierta con inmigrantes cualificados.

Como testigo de la multiculturalidad norteamericana he aprendido (por convencimiento) que la incorporación de inmigrantes a la empresa es sencillamente enriquecedora y en ocasiones muy útil cuando escasea la mano de obra autóctona, como podría ser el caso de España… En EEUU tienen una larga experiencia migratoria y han sabido hacer de un problema una oportunidad para mejorar y hasta cierto punto lo han conseguido. En España tendremos que enfrentar (más temprano que tarde) la diversidad cultural en las empresas siendo preciso que lo hagamos viendo este proceso como lo vio alguna vez Norteamérica, como una oportunidad más que como un obstáculo, no sólo por sensibilizarnos con la parte social del tema, sino por las múltiples ventajas que encierra.

Tomando en cuenta los datos publicados por Manpower en 2003 sobre La inmigración laboral en España. Los inmigrantes que residen en el país tienen un nivel de formación medio superior al del conjunto de la población española, aunque ocupan menos puestos de trabajo técnico o cualificado que los nativos, según refleja el informe. El estudio se basó en los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), que recoge las respuestas de 1.126.000 personas, tanto de extranjeros regulares como de aquellos sin permiso de residencia… Imaginen si esto sucedió en el 2003, donde tres de cada diez inmigrantes (29%) residentes en España poseía un nivel de estudios alto (diplomados y Licenciados) frente al 22% de la población española… Cómo estaremos ahora cinco años después. Mis cálculos se atreven a duplicar esa cifra. Por lo que ahora cinco de cada 10 inmigrantes están cualificados con niveles de estudios altos.

El error está al pensar que estas personas vienen a quitarle el trabajo a los locales, cuando más bien los inmigrantes aportan a las empresas su formación, su capacidad para el aprendizaje y sus ganas de trabajar independientemente de su raza o cultura. Más bien hemos de reaccionar eliminando estereotipos y prejuicios, sabiendo que todas las generalizaciones que se realizan acerca de los atributos y características de un determinado colectivo o grupo de personas son totalmente infundadas. Por ejemplo, cuando pensamos en un africano, pensamos en un hombre de piel negra, pese a que la población del norte de África es mayoritariamente blanca, así como muchos ciudadanos surafricanos. Por otro lado tenemos a los prejuicios (estereotipos acompañados de un juicio de valor) que tanto daño hacen, no sólo porque son insustanciales sino porque siempre van acompañados de un matiz xenófobo.

En mi caso suelo ver a los trabajadores por sus cualidades para desempeñar una función determinada y también por sus habilidades y su formación académica. Su nacionalidad u orígenes me son indiferentes. Puede que actúe de esta forma debido a la experiencia de haber trabajado en otros países en donde la inmigración es un tema común y recurrente y en donde hay cosas más importantes en las que pensar. No quiere decir esto que esté en contra o a favor de este fenómeno, pues más bien me es indiferente. Lo que si considero preocupante es el hecho de seguir encontrando gente en las empresas que en lugar de adaptarse a la realidad, siguen resistiéndose a aceptar a la inmigración como un hecho ineludible y palpable que ya forma parte de nosotros y que irremediablemente tomará mayores dimensiones afectándonos a todos por igual.

Dado que no podemos renunciar a los inmigrantes que nuestra sociedad requiere, debemos trabajar para conseguir su integración plena. Pienso que sería una política justa, ética y positiva para nuestra economía. La utopía se abraza simbióticamente a la inteligencia. ¿Por qué no lo hacemos?

Fuentes:
CincoDías.com
El País.com
La Razón
Blog Madre Patria

5 comentarios:

mpiryko dijo...

Creo que nos estamos aprovechando de ellos. No han generado gasto en España de 0 a 18 años y están listos para trabajar.
Es cierto que en sus países de origen no tienen las oportunidades que precisan, pero ayudan al desarrollo de su país de origen mas que ninguna ONG, puesto que sus remesas se aplican a gastos concretos y necesarios, favoreciendo la economía del país de origen, la entrada de divisas, ... y además, dejan relaciones humanas en España, que mas adelante necesitaremos todos, es como un Erasmus, pero mas duro y a lo bestia. Son lo mejor que nos puede pasar.
¡Salud!

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Muy interesante, te cuento que Costa Rica tiene una mercado laboral muy flexible, ya que ha logrado absorber la mano de obra nicaragüense que se ha venido por miles.

En sectores como la zafra del azúcar, la recolección del café, construcción, vigilancia privada, son puestos que los costarricenses no desean hacer, así que la mano de obra que viene del vecino país, viene a sustituir a la nacional, sin quitar trabajo a los costarricenses.

El trabajo de empleada doméstica, también es ocupado por mujeres nicaragüenses.

No viene al país mano de obra calificada bilingüe o universitaria, ya que los inmigrantes su escolaridad es baja.

Vienen varios de Venezuela, pero esos vienen a poner su propio negocio, y hay también colombianos, pero el problema es que se ha venido mucho sicario, que por unos dólares más, matan a cualquiera.

Así que hay de todo, es un problema global
Saludos.

Ekaizen dijo...

Como en casi todos los ámbitos de la vida, lo que no podemos hacer es generalizar.
En el contexto laboral creo que la llegada de inmigrantes aportará muchas cosas buenas.
El tema social es harina de otro costal, porque estamos demostrando que somos un pueblo más cerrado de mente de lo que nosotros mismos pensábamos. Necesitamos a la inmigración, es algo evidente. Así que más nos valdría prepararlo todo para que esto sea, comu tú dices, una oportunidad de mejora en vez de un problema.
En mi hasta ahora única experiencia laboral con inmigrantes, puedo decir que fué muy, muy positiva, la multiculturalidad nos aportaba diferentes puntos de vista al equipo que supimos aglutinar bien y el trabajo fue un éxito.

Senior Manager dijo...

Hola mpiryko:
Me quedo con tu frase ..."Es como un Erasmus, pero mas duro y a lo bestia"... También pienso que hasta cierto punto nos aprovechamos de ellos pues siguen cobrando menos.

Hola Roy:
Aquí tenemos de todo, pero podría decir que los más calificados vienen de Venezuela, Argentina y México y son los que están ocupando cada vez más puestos de responsabilidad, pues son médicos, licenciados, abogados, ingenieros, terapeutas ocupacionales, enfermeras, etc...

Hola Ekaizen:
Durante mis años en la industria automotriz, pude comprobar que la inmigración aporta valor agregado a la empresa pues los conocimientos de algunos inmigrantes se intercambiaban con los nuestros y eso resultaba en mejoras que de otra forma nunca hubieran surgido...Y eso es sólo uno de los aspectos positivos que experimenté.

Camilo dijo...

Es muy interesante el tema y creo que todo depende desde el lugar y el momento donde se lo plantea.

Como tú dices, la presencia de inmigrantes enriquece. Es lo que experimentó la Argentina durante todo el SXX. El multiculturalismo, le dió al país una gran particularidad. Como
contrapartida de ese ingreso masivo se ven economicamente hablando hábitos que no son buenos. En Argentina siempre se apuesta al Dolar (por darte un ejemplo) además
de los muchísimos habitantes con doble nacionalidad.
Es decir "Los extremos, no son buenos" como se dice.
Se me ocurre que en España y Europa
en gral, pueden ver la inmigración en forma positiva, justamente porque nunca antes la habían experimentado. Europa siempre fue continente de emigrantes, más que nada.
Ahora, creo que económicamente al igual que a los EEUU les deben estar dando muchísimos dolores de cabeza en cuanto a: caída del salario real, aumento del desempleo, etc.
Lo ideal globalmente hablando es que países periféricos ("tercer mundo")alcancemos la dinámica y el tipo de economía de las economías centrales.
En Argentina estamos bastante lejos

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