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lunes, 25 de agosto de 2008

¿Padeces síndrome posvacacional? Identifícalo y aprende como evitarlo

¿Has vuelto al trabajo luego de las vacaciones y presentas alguno de los siguientes síntomas?: Depresión, irritabilidad, tristeza, apatía, ansiedad, insomnio, dolores musculares, tensión, nauseas, extrasístoles (palpitaciones), taquicardias, sensación de ahogo y problemas de estómago, entre otros.

Si presentas cualquiera de estos síntomas u otras alteraciones físicas o psicológicas, es conveniente que busques y averigues su verdadero origen, de forma de descartar cualquier otra causa; pues como puedes ver, son síntomas que podrían estar relacionados con enfermedades muy diferentes. Así que nunca des por sentado que se trata de síndrome posvacacional (ó SPV) sin antes haberlo comprobado.

Para ayudarte a saber si lo que tienes es realmente SPV... Lee atentamente las siguientes preguntas relacionadas a posibles síntomas psicológicos y psicosomáticos que podrías presentar desde la vuelta de las vacaciones y luego realiza el test para poder conocer tu estado de SPV actual.

Sigue leyendo...



Utiliza para ello la siguiente escala de valoración:

0 = Nunca
1 = Alguna vez
2 = Frecuentemente

a) Desde la vuelta de vacaciones, me siento como si no pudiera con el trabajo que venía realizando hasta ahora.

b) Desde la vuelta al trabajo estoy triste, lloro o tengo ganas de llorar.

c) Siento apatía, desgana o desmotivación hacia lo que hago.

d) Me siento atado y condicionado negativamente por mi trabajo.

e) Por las noches duermo mal y me levanto agotado.

f) Sólo pensar que tengo que volver a trabajar cada día me estresa.

g) Padezco de inquietud, nerviosismo e intranquilidad que no tuve durante las vacaciones.

h) Siento que hago este trabajo porque no me queda más remedio.

i) Desde la vuelta, se me ha hecho difícil relacionarme bien con la gente en mi trabajo.

j) Desde la vuelta me da por pensar que este trabajo no me gusta y no merece la pena.

k) Desde la vuelta, no concilio bien el sueño o me despierto en mitad de la noche.

l) Me siento tenso e irritable con mi familia desde la vuelta al trabajo.

m) Siento dolores y otras molestias físicas que no había sentido en vacaciones.

n) Desde la vuelta, siento que mi vida laboral es deprimente.

o) Siento que se me hace cuesta arriba el regreso al trabajo luego de estas vacaciones.

Clave de interpretación:

Suma los puntos obtenidos e identifica el grupo en que te encuentras.

Entre 0 y 8 puntos: ¡Muy bien!, estás libre del SPV.

Entre 9 y 12 puntos: Presentas un riesgo moderado de padecer el SPV, es posible que lo superes pronto.

Entre 13 y 20 puntos: Presentas claros y manifiestos síntomas de SPV. Si los síntomas no remiten en un par de semanas es recomendable consultar a un psicólogo u otro especialista de acuerdo a los síntomas.

Más de 20 puntos: Presentas un cuadro de SPV que podría comprometer tu salud. Consulta de inmediato a un especialista y solicita cuanto antes una valoración de los riesgos psicosociales en tu trabajo (Mobbing, Burnout, Estrés).

Más allá de saber si padecemos o no de SPV es posible que te surjan las siguientes preguntas:

¿Cuáles son los mecanismos de producción de este síndrome? ¿Por qué nos ocurre? y ¿Qué podemos hacer para evitarlo?

Apoyándome en los conocimientos del profesor Ricardo Sotillo, Doctor por la Universidad de Granada, Master en Comunicación en las Organizaciones por la Universidad de Barcelona y moderador de la Web Capital Emocional... Definiremos el término e identificaremos sus causas y además buscaremos la mejor manera de prevenir el ya famoso síndrome posvacacional ó cómo también es conocido: depresión post vacaciones, síndrome de la vuelta al trabajo, estrés post vacaciones, etc…

¿Qué es el síndrome posvacacional?

En realidad es un concepto amplio que describe una incapacidad de adaptación al trabajo tras la finalización de las vacaciones. Esta inadaptación conlleva una serie de síntomas en forma de desequilibrios físico-psíquicos (reacciones), que suelen remitir al cabo de dos semanas en algunos extremos, lo habitual es que remitan a los pocos días, según expresan los estudios de los expertos, en el que un 35% de trabajadores españoles de entre 25 y 40 años sufren esta alteración.

Estamos ante un conjunto de síntomas que reflejan un estado de ánimo como reacción de rechazo al trabajo tras un período más o menos prolongado de vacaciones. Estos síntomas pueden situarse próximos a la depresión, irritabilidad, astenia, tristeza, apatía, ansiedad, insomnio, dolores musculares, tensión, nauseas, extrasístoles (palpitaciones), taquicardias, sensación de ahogo y problemas de estómago, entre otros.

¿Cuáles son los mecanismos de producción de este síndrome? ¿Por qué nos ocurre?

Aquí tenemos que decir que el desajuste horario es la principal causa, seguida del cambio en el ritmo diario y en los ciclos, cambio en las comidas y sobre todo, en nuestra actividad social relacional. Si a esto le añadimos el regreso a un entorno de demandas y exigencias y a un ritmo que nos hace cambiar bruscamente nuestros hábitos de las últimas semanas, tenemos muchas posibilidades de ser víctimas del síndrome post vacacional.

No nos afecta de igual manera a todas las personas, porque debemos tener en cuenta que además de la variable de entorno, existe otra variable más importante aún: la percepción subjetiva, la vivencia de nuestra vuelta al trabajo, y dicha vivencia puede ser positiva o negativa. Nosotros somos quienes debemos hacerla positiva. Eso sería como decir que entre escoger el vaso medio lleno o medio vacío, escogemos verlo medio lleno.

¿Qué podemos hacer para evitarlo?

Debemos reconocer que el entorno de trabajo es un elemento fundamental junto a la percepción que de dicho entorno tenemos. Así, la relación con jefes, colaboradores y compañeros ha de basarse en una comunicación fluida, que puede hacer más llevadero el proceso de adaptación al regreso.

A continuación algunos consejos para mitigar la presencia del SPV.

- El tiempo que estamos de vacaciones es un elemento que influye notablemente. Así que siempre he aconsejado repartir o dividir el periodo de vacaciones de modo que podamos disfrutarlas en dos periodos en la medida de lo posible.

Una vez que el fin de las vacaciones está próximo, no dejar todo para última hora, sino regresar tres o cuatro días antes e ir adaptando nuestro ritmo al habitual.

- Ya en nuestro puesto de trabajo, comenzar de manera gradual, siendo conscientes de que nuestro rendimiento irá creciendo en un par de días. Nos debemos integrar en la actividad profesional cuanto antes y si podemos, nos apoyaremos con una buena dosis de comunicación con nuestros colegas.

- La coincidencia de que el primer día sea lunes puede agravar esta situación. Se aconseja hacer la vuelta en un día diferente de la semana, así reduciremos el impacto psicológico de vuelta al trabajo.

- Retomar la vuelta al trabajo con una actitud positiva, con visión de reencuentro con la normalidad y nuestra tarea, será nuestra meta en los primeros días sin tratar de alargar este proceso inútilmente.

Reflexión: ¿Cuántas veces nos planteamos que nos quedan aún otros 11 meses para volver a "descansar"? Este planteamiento nos lleva directamente al síndrome posvacacional. Deberíamos plantearnos que volvemos con energía renovada, nunca contando el tiempo como una cuenta atrás. Cada momento debe ser aprovechado como tiempo presente. Es el único que en realidad existe, no busquemos otro.

Como decía Voltaire el relación al trabajo:

"Es una forma de ganarse la vida, es el antídoto del ocio, origen de todos los vicios; y sobre todo, nos proporciona la oportunidad de ser útiles a la sociedad a la que pertenecemos".

Fuentes:

La Dimisión Interior de Iñaki Piñuel
Capital Emocional


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13 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente articulo, como siempre. No obstante, tal vez, y es simplemente una opinión, te estés centrando un poco de más en el tema vacacional.

Aunque... estoy pensando que tal vez tenga envidia porque yo no tengo vacaciones!

Sigue así. Felicidades por el blog!

Anónimo dijo...

Sencillamente genial el artículo. La verdad es que por mis circustancias personales, en los últimos años el término vacaciones ha sido un poco efímero. Veremos si consigo aprobar oposición, tengo unas vacaciones en sí y puedo hacer este interesante test, pero para eso seguiré con mi rutina de estudio y trabajo parcial(sea día laborable, festivo, Navidad... jeje)

Un saludo, me encanta leerte :)

Roy Jiménez Oreamuno dijo...

Que increíble, no sabía que el estar en vacaciones podría complicar nuestras existencia con tanto trauma y síntomas pocos manejables.

Es definitivo este mundo moderno nos pasa una factura muy costosa, con tanto estrés y tanta carrera del día a día.

Como siempre me sorprendes con tus post tan excelentes, como aprendo cada día contigo.
Saludos

Yoriento.com dijo...

SM y contertulios,

Gracias de nuevo por este detallado y trabajado artículo. Voy a aprovecharlo, con tu permiso, para lanzar una diatriba antietiquetadora de esas que conoces bien y que seguro polemizan el debate, que es mi objetivo, claro¡ ;-)

Y es que me da la impresión que el sobreuso o, incluso, el uso a secas de terminologías y sobrenombres de este tipo, que si síndrome, que si burnout, que sí dubidú laboral, lo que conlleva es sensibilizar negativamente a las personas y generarles problemas que no tienen, a hacerlos más acuciantes o a esperar que aparezcan cada año o tras cada situación desagradable.

Y a ello contribuyen los medios de comunicación y los profesionales con ínfulas de profesionales¡ ;-)

Está ocurriendo con las secuelas del accidente de avión. Catástrofes de este tipo ocurren pero simplemente la vida debe seguir adelante y la gente debe seguir tomando aviones. Los mass media comercian, en este caso, con el miedo convirtiendo el término "víctima" casi en una categoría diagnóstica y creando una ola de ansiedad sin precedentes¡

Algo similar está ocurriendo desde hace años con el contexto del terrorismo y con el uso partidista de esas víctimas...

Volver al trabajo tras las vacaciones, perder el trabajo y tener que buscar otro, soportar a compañeros desagradables y humilladores, son todas experiencias negativas pero que creo debemos afrontar y conceptualizar con cierta naturalidad y normalidad, preparándonos y previniendo... Pero que ofrecer tantos remedios y tanta atención para tan poco problema simplemente lo hace más grande.

Cuando uno termina las vacaciones, se siente triste y sin ganas de currar. Eso es lo que hay y lo que habrá. ¿Para qué magnificarlo?

El debate sigue... ;-)

Ekaizen dijo...

Menos mal, estoy libre de todo síntoma. Así que ya puedo seguir currando tranquilo, con mi estrés y mi ritmo habitual.
Muy bueno, Senior, en tu línea.
Un saludo

Senior Manager dijo...

Hola Daniel:
Es cierto, estoy centrado en el tema de las vacaciones, pero sólo hasta que termine agosto, lo hice a drede...Gracias por comentarlo.

Hola Suki:
Algunos tenemos vacaciones y otros no, es lo que hay...slds.

Hola Roy:
Exacto, esto no lo sufría nadie hace treinta años, es comsecuencia pura de la modernidad.

Hola Ekaizen:
Es un placer tenerte de vuelta y me alegro que no te identifiques con los síntomas expuestos en el post.

Hola Yoriento (y mis contertulios):
Tranquilo, que el debate contigo siempre está abierto y servido.

Yo pienso al contrario; es decir, que estos conceptos no sensibilizan negativamente a las personas sino que les dicen realmente qué es lo que tienen...

No se puede pretender esconder el verdadero nombre de una dolencia sea psicológica, física o psicosomática por el simple miedo a que la gente llegue a pensar que la tiene incluso si corremos el peligro de autogestionarnos o de crear una ola de ansiedad.

De hecho estoy de acuerdo con las crudas campañas de tráfico en donde nos avisan que en vacaciones habrá accidentes (y créeme los habrá) y que es mejor saber las consecuencias de tomar el coche y no creo que con esto consigamos esas olas de ansiedad ni de miedo que mencionas, sino más bien de conocimiento, aunque vayan dirigidas a evitar los excesos (alcohol y velocidad), ya que se muere tanto el que va borracho como el que se atravesó en su camino. Así que incluso el que no los comete morirá.

Realmente no creo que con difundir el problema y sus soluciones, se trate de magnificarlo y la razón por la que mucha gente habla de ello, es porque estamos en agosto (finales) y el tema es usado hasta la saciedad, precisamente porque mucha gente estará sufriendo muchos de estos síntomas. Así que es mejor estar informado y prevenido para hacerles frente que deshauciado por no saber qué le pasa.

Este tema y otros como el burnout o el mobbing son problemas y padecimientos muy actuales que han nacido por culpa de nuestra frenética manera de vivir y por causas de origen netamente social. Por lo que una simple información sobre el tema y sus causas ya nos enseña que la cura está también en el plano social o psicosomático, por lo que sabremos por donde empezar a aliviarnos, pues ya sabremos lo que tenemos.

Así que Sorry que discrepe contigo, pero considero necesaria la difusión de los riesgos psicosociales en el trabajo y la incidencia que estos tienen en las personas y lo haré no como elementos separados o interconexos, sino tratando de integrarlos en la realidad cotidiana laboral, para que el trabajador pueda prevenirlos e intervenir en su eliminación con pleno conocimiento de causa.

De hecho, pienso tocar en un futuro no muy lejano muchos más temas que hablan sobre los riesgos psicosociales en el trabjo "no identificados" y que conducen al trabajador por procesos de frustración interna que lo desconectan emocionalmente de su labor como empleado y lo arrastran hacias niveles externos y de pura apariencia..., así que prepárate.

Saludos y muy buena tu intervención sobre este tema...
Gracias
SM

Yoriento.com dijo...

Sólo añadir que hay que tener muy en cuenta que la definición y la existencia de problemas, y más en el ambito relacional, es sobre todo una cuestión social y cultural.

Muchas veces los problemas son creados y potenciados por aquellos que pretenden prevenirlos, y la psiquiatría, por ejemplo, con su dinámica recetapastillas para casi todo, incluidas las variadas ansiedades laborales, nos educa y nos traslada la idea de que determinadas situaciones, más que afrontarse con cierta naturalidad (lo que no significa que no debamos prestarles la atención que merecen), son pequeñas catástrofes que no podremos salvar sin ayuda o sin mucho sufrimiento.

Lo dicho, para nada es lo mismo ni tiene los mismo efectos motivaciones y emocionales asumir que tras las vacaciones no tendré ganas de trabajar, me costará levantarme y tendré muchos más pensamientos negativos sobre mi vida profesional (cosa que puede ocurrir gran parte del año), que afirmar que "tengo" un síndrome o padezco de estrés pos o predubidú.

Pues nada, seguiremos montando el dúo Pimpinela de los RRHH¡ :-) Qué mejor forma de volver al trabajo.

Directivo Pyme dijo...

Hola SM,

Muy buen post y estoy esperando ansioso esos post sobre males psicológicos en el trabajo que afectan a los trabajadores.

Estos problemas hacen que desconecten de su trabajo, aprezcan en la oficina como zombies programados para tareas rutinarias, no aporten nada al trabajo y que además estén realmente frustrados.

Esto me preocupa como "jefe", pero mucho mas como persona. ¿Qué podemos hacer para mejorar la felicidad de la gente y que disfruten de su trabajo?.

A veces resulta difícil motivar. El trabajo es el trabajo, hay que hacerlo y por eso se recibe una contraprestación económica. ¿Tan difícil es trabajar a gusto?, ¿realizarse profesionalmente?, ¿y repartir la riqueza justamente(que la empresa de beneficios y que el trabajador reciba un sueldo acorde con el valor que aporta)?

Estamos en el S.XXI, ¿no es hora de terminar con la guerra capital-trabajo?

Lo dicho espero impaciente tus post

Directivo Pyme

Anónimo dijo...

Fenomenal post, parece que lo del SPV se me ha pasado practicamente al llegar, casi al entrar por la puerta de la oficina... creo que basta una alemán y presión en todo la cancha para ponerte las pilas...

Bueno ya en serio, los problemas con los que yo me he encontrado son la falta de motivación, el trabajador quemado en el puesto, las injusticias laborales, la gente que te toca las narices en el trabajo, un mal jefe, un mal horario laboral... bueno son ideas para otro post quizá.

Un saludo.

Café con Leche dijo...

Hola Senior;

Buen artículo, no sólo porque describes y propones una forma concreta de pensar sobre el tema, sino porque también aportas información sobre el camino a la solución.

Yo, he realizado el test, máxime cuando me encuentro postrada por una lumbalgia repentina e inusitada para mí! Menos mal que por lo menos he llegado a la conclusión de que lo mio no es el SPV. De todas formas sea el SPV, sea la apatía o cualquier mal o problema que nos aflija, la solución pasa primero por el autoconocimiento personal, y por llegar a la conclusión de que nuestra vida la manejamos nosotros mismos, que somos nosotros quienes tenemos la plena capacidad para hacerla feliz o infeliz, tanto en el trabajo como en cualquier otro ámbito. Y que para conseguir la felicidad hay que trabajarla y responsabilizare de ello. Tomar el toro por los cuernos y si no nos gusta el punto en él que estamos ponernos manos a la obra y cambiarlo!
Un saludo. FyH!

Senior Manager dijo...

Hola Yoriento:
Yo más bien pienso que la forma de afrontar el problema depende de cada profesional, seguro que habrá curanderos amazónico que recetan pócimas para todo, pero también están los serios que creen en las soluciones que vienen desde adentro de las personas y que recurren a planteamientos basados en técnicas modernas de autocontrol, este tipo de afecciones no se curan con pastillas sino con pensamientos neutralizantes compactos que las personas han de poder digerir a veces con la ayuda de alguien que los escuche y/o que les hable.

Es cierto y concuerdo que no es lo mismo decir o sentir que tengo SPV, que asumir que tras las vacaciones no tendré ganas de trabajar, me costará levantarme y tendré muchos más pensamientos negativos... Pero si es conveniente estar informado de que existe el síndrome (porque existe) y de sus caractaerísticas para poder atacarlo a tiempo.

PD: Je je, me hiciste reír con lo de Pimpinela...tu y tus cosas.

Hola directivo pyme:
La verdad que no es difícil trabajar a gusto, es más fácil de lo que los jefes piensan, está muy bien que te plantees qué hacer para mejorar la felicidad de la gente y que disfruten de su trabajo, es lo más importante.

Hola Oscarh:
Bueno veo que te afectado la vuelta...espero que los síntomas pasen pronto...

Hola Café con Leche:
Bueno primero que nada espero que te cures de esa lumbalgia repentina...y que bueno que no tienes SPV...Es cierto lo que apuntas sobre el autocontrol, la mente es el principal modificador del ánimo.

Anónimo dijo...

Hola a todos:

Aporecio este artículo, aunque creo que estamos hablando de un síndrome creado pr nuestra imaginación más que de una patología en sí misma.

Lo digo porque mi mujer es psicólogo y me afirma que esto en realidad no existe ni tan siquiera se estudia.

Creo que toda personas sensata sabe que una vida de sólo vacaiones es fatídica. Nadie lo aguanta por mucho que chulezcamente balbucee y lo afirme.

Es tan fatídica una vida de vacacioes con una vida de sólo trabajo.

Lo que creo es que el llamada síndrome post vacacional es un mecanismo de excusar la incapacidad de poder tener balance en la vida. Se ussa como escudo para evadir la responsabilidad personal de encontrar equilibrio y balance entre la vida profesional y personal.

Así que es emjor hablar pues de este balance, que seguir exaltando un tema que no tiene ningún sentido. Mi recomendación: reconcíliate con el trabajo y el descanso en forma balanceada y lucha por alcanzarlo.

Yo lo estoy haciendo y tu???

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, SM... que el ocio no es la madre de todos los vicios. Gracias al tiempito libre que tenemos nos dedicamos a escribir blogs. No vas a negar que no es algo productivo.

Yo tengo la solución para erradicar el SPV: vacaciones eternas. ¡Nunca más vuelvas a tu trabajo!

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