Continuando con este tema…(ver artículo anterior)…Es evidente que el camino hacía el éxito profesional se ha hecho difícil tanto para hombres como mujeres. Aunque admito que en relación a las mujeres los factores como el sueldo (30 más bajo que el de los hombres), la falta de modelos femeninos como referencia (no me refiero a las super-models) y la poca ayuda que prestan las empresas para que la mujer pueda conciliar su vida laboral y familiar son determinantes para que la mujer encuentre más trabas que el hombre a la hora de ascender…Esto lo tengo clarísimo…y también aclaro que me considero defensor de la igualdad.
No obstante, sigo insistiendo que estos factores que menciono, son superables 100% siempre que la mujer haga a un lado los patrones sociales en los que vive y acepte que no tiene (que), ni debe, seguir absorbiendo esos roles tradicionales que culturalmente se le han impuesto a lo largo de muchas generaciones.
¿Por qué la gestión doméstica sigue siendo campo casi exclusivo de la mujer? ¿Es que acaso está obligada a ello para siempre? ¿Sucederá algo terrible si otro se ocupa de esas labores? Las respuestas a estas preguntas siguen creando polémica dentro de la sociedad actual, pues es verdaderamente difícil derrumbar la imagen socio-cultural que viene arrastrando la mujer hasta nuestros días. Tal vez es ese miedo tan particular asociado sólo a la mujer, ese sentimiento que identifica el éxito profesional con el fracaso personal y viceversa, el que no permite que la mujer deje atrás su condición doméstica.
Mientras la sociedad (y sus normas) no empiecen a cambiar su forma de pensar todavía arraigada en el pasado, seguiremos dando por sentado que la mujer se debe a sus obligaciones domésticas “tradicionales” y que nunca las podrá dejar de lado (sobreponiéndolas) para poder triunfar en su empleo. Y mientras existan mujeres que acepten y soporten esta condición y sigan perpetuándolas en el tiempo, será imposible cambiar la forma en que vemos a las mujeres en el mundo, pues seguirán siendo asociadas a todo lo doméstico más no a lo profesional.
Aprovecho para recomendarles el libro de Carmen García Ribas titulado “El Síndrome de Mari Pili”, el cual recomiendo (cuesta unos 10€ / 15US$), en donde se trata este tema en profundidad.
A continuación expongo algunos secretos que han ayudado a algunas mujeres a superar este miedo y a ser exitosas en sus carreras:
Formarse académicamente: Es un hecho que las mujeres son mayoría actualmente en las Universidades, esto da una idea del futuro promisorio que tienen en los mercados de trabajo como candidatas potenciales. La formación es lo primero, pues dará la preparación y el currículo necesario para alcanzar posiciones de responsabilidad.
Fijar metas: Es básico saber lo que se quiere y tenerlo claro, hay que definir un objetivo y un plan de carrera. Para eso hay que saber cuales son las capacidades y evaluar la competencia que se tiene.
Eliminar estereotipos: Como dije antes, hay que eliminar las barreras culturales y hacerlas de lado. Las mujeres deben dejar atrás la imagen de ama de casa inculta con los hijos de la mano o la de esposa con el pañuelo y la escoba, incluso la de secretaria. No se puede ser conformista y aunque estén casadas y tengas hijos que educar, deben dar una imagen profesional.
El sueldo: Es cierto que ganan menos que los hombres, pero lo mejor es no darle toda la importancia y centrarse en seguir subiendo. Hay que estar claros que luego de demostrar su valía ganarán tanto o más que sus compañeros hombres. Es el futuro.
Conciliar sus responsabilidades: Las labores de casa hay que compaginarlas con las de la oficina. ¿Quién dijo que el hombre no puede atender parte de las labores domésticas y así compartir la carga?...Es cuestión de aclararlo y plantearlo como un hecho, no como una propuesta.
No copiar a los hombres: Las mujeres son de Venus y los hombre de Marte; es decir, son diferentes, no mejores ni peores, sólo distintos en su forma de ver las cosas. Por eso hay que actuar en consecuencia y explotar las habilidades femeninas, aquellas en donde las mujeres son más fuertes.
Comprometerse: Las empresas necesitan gente que sea constante y puntual. Personas que aprecien lo que hacen y que sepan valorar los intereses de la compañía, para eso no hace falta ser de un sexo o de otro. Lo importante es hacerle saber a los jefes que tienes un compromiso con ellos y que deseas cumplirlo.
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3 comentarios:
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Esos secretos...
Formarse académicamente: Cierto es, que una sólida formación (que no amplia) facilita el trabajo a la hora, de determinar el perfil profesional y apuntar la carrera en la que uno desee desarrollarse. Pero es imprescindible evitar caer en la "titulitis", tan valorada desde hace demasiado tiempo.
Fijar metas: Es muy difícil determinar las metas, cuando no se conocen las posibilidades del mercado y el mundo profesional. Creo sinceramente, que escasean los recursos de formación e información en éste sentido, pues aunque existen muchas fuentes, no es fácil determinar las más útiles para cada cual.
Eliminar estereotipos: ¿Qué es una imagen profesional de la mujer? Realmente, siempre se termina buscando una figura masculinizada (y no solo en la apariencia física). Por muy eliminados que se tengan los estereotipos, desde y hacia la propia figura de la mujer, si el hombre que la observa no lleva a cabo una concienciación y un replanteamiento de la base educativa y social, con la que se formó, no hay mucho que hacer.
El sueldo: No puede quitársele importancia a uno de los elementos fundamentales, a la hora de valorar una carrera profesional. Nos guste o no, por muy elevada que sea la responsabilidad del puesto, por mucho que se demuestre la competencia... si no está equitativamente reportada, no estará equitativamente valorada.
Conciliar sus responsabilidades: ¿Conoce el concepto de "resistencia pasiva"? Bien, es el recurso más eficaz dentro y fuera del ámbito profesional, para evitar asumir responsabilidades que no se desean asumir. Vuelvo sobre el tema de la conciencia masculina, con respecto a éstos asuntos, también.
No copiar a los hombres: Cuando no se les copia, se corre el riesgo de cumplir con el prototipo de mujer histérica o compulsiva. Los hombres, suelen tratar de entender, no de respetar y aceptar. Por ello hay que adecuarse a sus estereotipos y acercar los comportamientos y actitudes, a su terreno, a lo que entienden y conocen. Aunque algunos hay, que comienzan a variar éste comportamiento y flexibilizar sus posiciones, no se produce en los niveles de jefatura efectivos.
Comprometerse: Es un hecho que la mujer, en general, se compromete con mayor fiabilidad y tiene una mayor capacidad de constancia, que el hombre, debido en gran parte a ese bagage cultural, que arrastra y del que tiene que liberarse (solo en parte), para poder ser tenida en cuenta.
No hay un manual, no existe la panacea... pero si se pone de todas partes un poco... se obtiene el éxito para todos.
Salu2
Eva...tu opinión le ha agregado sustancia a mi post y creo que en muchos aspectos lo complementa. Gracias por tu aporte.
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